El DHA (ácido docosahexaenoico), es un ácido graso poliinsaturado de cadena larga, que pertenece a la familia de los Omega-3. Durante la infancia, el DHA se considera fundamental para el crecimiento y el desarrollo funcional del cerebro, para el desarrollo de la visión y del sistema nervioso, así como para el mantenimiento de la función cerebral normal en los adultos y su asociación positiva con varias enfermedades crónicas, cardiovasculares e inflamatorias.

Aunque el mantenimiento de la concentración de DHA es vital durante todas las etapas de la vida, en particular el embarazo, la lactancia y la infancia son periodos especialmente vulnerables, en los que el papel del DHA en los primeros 1000 días de vida es, por tanto, de gran importancia para el posterior desarrollo óptimo del feto y, en última instancia, para la ingesta adecuada del recién nacido.

Los ácidos grasos Omega-3 están presentes, de forma natural, en alimentos como el pescado azul (atún, caballa, salmón, sardinas…) y mariscos (mejillones, otras). Por otro lado, la leche materna es una rica fuente de DHA para los niños pequeños.

¿Dónde se encuentra el Omega-3 DHA en nuestro organismo?

En los seres humanos, la acumulación de DHA se produce principalmente durante el último trimestre de embarazo, así como durante los primeros 6-10 meses tras el nacimiento.

El DHA forma parte de las membranas de las células de nuestro organismo y se puede encontrar en mucha mayor cantidad en las membranas de las uniones entre las neuronas (células cerebrales) y en las células (fotorreceptores) que se encuentran en el ojo y son responsables de la visión. Además, las concentraciones de DHA son especialmente altas en la retina (ojo), el cerebro y los espermatozoides.

El ácido graso Omega-3 DHA influye positivamente en el desarrollo del sistema nervioso central, y, por lo tanto, en la capacidad de aprendizaje de los niños.

¿Cómo influye en el crecimiento?

El DHA es fundamental en la concepción, crecimiento y desarrollo del embrión y en el niño, por lo que en las etapas de embarazo y de lactancia son críticas y precisan que las mujeres lactantes aseguren una ingesta suficiente de DHA.

En el neonato, los niveles de DHA dependen de las concentraciones plasmáticas en la madre en relación a la nutrición durante el embarazo.

Diferentes estudios concluyen que los alimentos infantiles que incluyen ácidos grasos Omega 3 DHA en proporciones similares a las de la leche materna se han relacionado positivamente con el crecimiento en distintos estudios. Éstos apuntan que los ácidos grasos Omega 3 DHA pueden ser uno de los factores que lo promueven durante la infancia.

¿Cómo influye en el desarrollo neurológico?

El DHA es importante para los tejidos neuronales. En el cerebro, el DHA es importante para la fluidez de la membrana celular, la función y la liberación de neurotransmisores.

El cerebro de los mamíferos es 60% grasa, y el 25% del contenido de ácido graso total del cerebro se compone de DHA. El DHA inhibe la muerte celular, protege contra el estrés oxidativo y reduce la señalización proinflamatoria.

Por otro lado, el DHA se localiza principalmente en los fosfolípidos de la membrana de las neuronas, por lo que se considera un agente neuroprotector contra el envejecimiento cerebral y las enfermedades neurodegenerativas y cerebrovasculares. Las pruebas revelan que el DHA podría mejorar el deterioro cognitivo y afectar a los síntomas conductuales de los trastornos neuropsiquiátricos graves como la esquizofrenia y la depresión.

Estos datos sugieren que la presencia de DHA en la dieta puede contribuir al desarrollo del sistema nervioso central y, por lo tanto, de todos aquellos factores, tanto cognitivos como del comportamiento, relacionados con él.

Por último, diferentes estudios sugieren que una ingesta baja de omega-3 marinos aumenta el riesgo de numerosos problemas de salud mental, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el autismo, el trastorno bipolar y la depresión.

¿Cómo influye en la función visual?

El DHA es el principal ácido graso poliinsaturado en las membranas de los fotorreceptores de la retina, en especial en los conos y bastones, donde facilita la fluidez de la membrana y la transmisión de señales visuales. El DHA es la principal estructura lipídica de la retina sensorial y vascular, una parte importante del desarrollo de la visión infantil. Una dieta rica en Omega 3 DHA parece afectar de forma positiva a la agudeza visual, influyendo fundamentalmente en la velocidad de desarrollo.

¿Qué son las leches infantiles enriquecidas con DHA?

Las leches infantiles enriquecidas son leches de continuación, crecimiento, enriquecidas o fortificadas con algún nutriente para adaptarse a las necesidades nutricionales específicas de un grupo concreto de la población como pueden ser los lactantes, los niños de corta edad (1-3 años), los niños en edad preescolar o los niños en edad escolar (6 años). Estas leches enriquecidas, que normalmente contienen menos grasas saturadas y están enriquecidas con ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega-3, principalmente EPA (eicosapentaenoico) y DHA, como las denominadas fórmulas de crecimiento, suponen una oportunidad para mejorar el perfil del consumo de grasa de los niños.

De acuerdo al estudio Estudio Nutricional en Población Infantil Española (EsNuPI) realizado en población infantil española de 1 a <10 años de edad, tres de cada cuatro niños españoles de entre uno y diez años no toman la cantidad diaria recomendada de DHA (≥ 100 mg/día), aunque aquellos que consumen leches infantiles enriquecidas se acercan más a la ingesta recomendada (20 mg/día vs 90 mg/día), ya que ingieren 4,5 veces más Omega 3 DHA que la población infantil general.

Saber más

¿Por qué incluirlos en su dieta? Todos los estudios parecen demostrar la importancia de incluir el ácido graso Omega 3 DHA en la dieta de los niños y, cuanto antes se haga, mejor. Según indican los ensayos clínicos, puede influir positivamente en el desarrollo del sistema nervioso central, y, por lo tanto, en su capacidad de aprendizaje, desarrollo cognitivo y mejora de la agudeza visual.

Puleva

Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Febrero, 2025.

Referencias

Bragg MG, Prado EL, Stewart CP. Choline and docosahexaenoic acid during the first 1000 days and children’s health and development in low- and middle-income countries. Nutr Rev. 2022 Mar 10;80(4):656-676. doi: 10.1093/nutrit/nuab050. PMID: 34338760; PMCID: PMC8907485.

Lv W, Xu D. Docosahexaenoic Acid Delivery Systems, Bioavailability, Functionality, and Applications: A Review. Foods. 2022 Sep 2;11(17):2685. doi: 10.3390/foods11172685. PMID: 36076867; PMCID: PMC9455885.

Madrigal C, Soto-Méndez MJ, Leis R, et al. Dietary Intake, Nutritional Adequacy and Food Sources of Total Fat and Fatty Acids, and Relationships with Personal and Family Factors in Spanish Children Aged One to <10 Years: Results of the EsNuPI Study. Nutrients. 2020;12(8):2467. Published 2020 Aug 16. doi:10.3390/nu12082467