Un niño que practica deporte desde pequeño tendrá una vida más sana. Los beneficios del deporte en la infancia son muchos y de muy diversa índole, abarcando desde la dimensión física hasta la psíquica y la social. El papel orientador de los padres en la elección de la actividad deportiva es fundamental.
El deporte practicado regularmente contribuye de manera decisiva al desarrollo físico y de las funciones motoras y cognitivas de los niños. Pero no sólo eso, el deporte es un medio de diversión, interacción y aprendizaje de conductas fundamentales como el respeto hacia los compañeros, aceptar la derrota, saber ganar, saber aceptar reglas, esperar su turno, etc.
“El deporte es fundamental para el desarrollo integral de las capacidades físicas e intelectuales”.
La práctica deportiva, sobre todo en la etapa infantil, tiene que ser divertida. Es el propio niño quien debe escoger la disciplina en función de sus intereses. Los padres podrán ejercer de orientadores teniendo en cuenta sus capacidades, pero nunca deberán elegir por el niño.
Beneficios de la actividad deportiva en la infancia
Un entrenamiento regular produce beneficios motores, cognitivos y sociales. Todos estos beneficios son especialmente significativos a partir de la pubertad:
Si la actividad física es beneficiosa para la salud y el bienestar, cuando no se practica aumenta el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles y otros problemas de salud. Conjuntamente, la inactividad física y los hábitos sedentarios contribuyen a aumentar las enfermedades no transmisibles y suponen una carga para los sistemas de salud.
Por último, los estudios han demostrado que la obesidad en la infancia se puede mantener hasta la edad adulta. De hecho, el riesgo de obesidad en la edad adulta es al menos dos veces más elevado en niños y niñas obesos que en aquellos no obesos. Por lo tanto, la actividad física durante la infancia parece generar una protección frente a la obesidad en etapas posteriores de la vida.
Fomentar la práctica deportiva en los niños
Los padres deben intentar fomentar a los niños a la práctica deportiva teniendo siempre en cuenta sus capacidades y el carácter lúdico.
Crear un hábito deportivo desde que son pequeños es un buen mecanismo para que sigan practicando deporte cuando lleguen a la adolescencia.
Jugar y ser físicamente activo con sus hijos e hijas.
Enseñar a sus hijos las normas de seguridad y garantizar que cuentan con la ropa y el equipamiento necesarios para participar de forma segura en la actividad física.
Enseñar a sus hijos los principios del juego limpio y de la deportividad en las actividades físicas y los deportes.
Proporcionar un buen ejemplo a través de la propia actividad física, de la realización de elecciones saludables en materia de nutrición, y del hecho de no fumar.
Hablar a los niños y adolescentes de ambos sexos acerca de los programas deportivos y recreativos de su comunidad.
Desalentar el uso de la actividad física como castigo.
Recomendaciones diarias de actividad física (menores de 5 años)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lo siguiente:
Los lactantes (menores de 1 año): Deben realizar actividad física varias veces al día de diversas formas, sobre todo mediante juegos interactivos en el suelo; cuanto más, mejor. Para los que aún no se mueven, esto incluye al menos 30 minutos en posición prona (boca abajo) repartidos a lo largo del día mientras están despiertos.
Niños de 1-2 años: Deben de realizar al menos 180 minutos a una variedad de actividades físicas de cualquier intensidad, incluida la actividad física de intensidad moderada a vigorosa, repartidas a lo largo del día; más es mejor.
Niños de 3-4 años: Deben dedicar al menos 180 minutos a diversas actividades físicas de cualquier intensidad, de los cuales al menos 60 minutos sean de actividad física de intensidad moderada a vigorosa, repartidas a lo largo del día; más es mejor.
Recomendaciones diarias de actividad física (5 años hasta los 65 años)
Las recomendaciones de salud pública que se presentan en las Directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre actividad física y comportamientos sedentarios están orientadas a todas las poblaciones y los grupos de edad desde los 5 hasta los 65 años o más, independientemente del sexo, el contexto cultural o la situación socioeconómica, y son pertinentes para todas las personas, sea cual sea su capacidad.
Se recomienda lo siguiente:
Los niños y adolescentes deben realizar al menos una media de 60 minutos de actividad física diaria principalmente aeróbica de intensidad moderada a vigorosa a lo largo de la semana.
Deben incorporarse actividades aeróbicas de intensidad vigorosa y actividades que refuercen músculos y huesos al menos tres días a la semana.
Los niños y adolescentes deben limitar el tiempo que dedican a actividades sedentarias, especialmente el tiempo de ocio que pasan delante de una pantalla.
Saber más
El desarrollo físico en los adolescentes y preadolescentes no es simultáneo ni homogéneo. Por ello debemos tener muy presentes las distintas categorías de competición, tanto masculinas como femeninas, y ser precavidos a la hora de plantear entrenamientos de fuerza.
Dª. Trinidad Aparicio Pérez, Psicóloga, Especialista en infancia y adolescencia Dr. D. Francisco Gilo Valle, Pediatra
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Febrero, 2025.
Referencias:
Guidelines on physical activity, sedentary behaviour and sleep for children under 5 years of age. Geneva: World Health Organization; 2019. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
Directrices de la OMS sobre actividad física y comportamientos sedentarios [WHO guidelines on physical activity and sedentary behaviour]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2021. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
Ministerio de Sanidad y Consumo, Ministerio de Educación y Ciencia. Actividad física y salud en la infancia y en la adolescencia. Consultado en www.sanidad.gob.es, Febrero 2025.