A partir del primer año de edad, la gran mayoría de los niños ya habrán probado la mayoría de alimentos característicos de la dieta familiar. Poco a poco, se habrán ido estructurando las comidas y cada vez más pueden coincidir con las que hace la familia, tanto con respecto los tipos de alimentos como a las preparaciones y también los horarios. Por ello, el establecer hábitos saludables desde edades tempranas de la vida es un medio de prevención y control a corto y largo plazo de enfermedades nutricionales crónicas.
Es importante que el patrón alimentario del hogar se base en frutas y hortalizas frescas de temporada, legumbres, frutos secos, cereales integrales y aceite de oliva virgen, y se complementa con pequeñas cantidades de pescado, huevos, carne blanca y lácteos sin azúcar. Los alimentos recomendados conviene que sean frescos o mínimamente procesados, y se tienen que evitar los alimentos ultra procesados que son ricos en sal, azúcares y grasas.
Además, en la etapa de los 1 a los 3 años de edad, existen cambios importantes en el crecimiento y desarrollo:
Disminuye el apetito y el interés por los alimentos.
Irregularidad en la ingestión.
Rápido aprendizaje del lenguaje, de la marcha y de la socialización.
Desaceleración del crecimiento.
Aumento de la actividad física.
Por lo tanto, es esencial que los niños tengan una dieta variada, equilibrada e individualizada para cubrir todos sus requerimientos. Los consejos para una alimentación saludable durante la etapa de los 1 a los 3 años de edad son los mismos que el resto de la familia, el niño necesita comer alimentos variados, de los siguientes ocho grupos:
“A estas edades necesitan 450 mg de calcio cada día para formar sus huesos y dientes”
Frutas y verduras. Esta etapa es un buen momento para acostumbrar a los niños al consumo diario de frutas y verduras. La verdura puede tomarla tanto cruda como cocida. Lo ideal es jugar con las texturas y colores de estos alimentos para llamar su atención y que aprendan a comerlos. Las frutas y verduras son fuente importante de potasio o magnesio, de vitaminas como la C, la A o la B y de fibra.
Se recomienda consumir 3-4 raciones de fruta cada día, eligiéndolas maduras, ya que son más fáciles de digerir. En cuanto a la verdura el consumo recomendado es de 2-3 raciones diarias.
Cereales, preferiblemente integrales. Aportan gran cantidad de energía por la cantidad de hidratos de carbono que contienen. Son ricos en proteínas, vitaminas del grupo B y fibra. Por ello, son considerados los alimentos más completos después de la leche. Deben formar parte de la alimentación diaria de los niños.
Se recomienda consumir entre 4-6 raciones diarias (preferiblemente integrales).
Leche y productos lácteos (quesos, yogur). La leche entera es el alimento básico en los niños a esta edad. Desde el año hasta los 3 años, las necesidades de calcio son muy elevadas y la leche es la principal fuente de este calcio de la dieta diaria. Las leches de continuación son una alternativa a la leche de vaca, ya que ésta tiene gran cantidad de proteínas, vitaminas y minerales.
Se deben consumir de 3 raciones diarias.
Carne y derivados cárnicos. En esta etapa, las necesidades de hierro son elevadas para el desarrollo intelectual y las carnes aportan hierro de fácil absorción. La carne aporta proteínas de calidad y zinc necesario para el crecimiento de los tejidos; además de vitamina B12, necesaria para la formación de las células de la sangre y para el desarrollo del sistema nervioso. En estas edades lo ideal son carnes de sabor suave como pollo, pavo, cerdo, conejo o ternera. Se recomienda limitar el consumo de embutidos y eliminar la piel de las aves y la grasa visible.
Se recomienda consumir carne de 3 raciones a la semana. No más de 2 raciones de carne roja por semana.
Pescados y mariscos. El pescado es también fuente de proteínas de calidad. Destaca su aporte en vitaminas solubles en grasa como las vitaminas A y D, que se concentran en las partes más grasas (músculos e hígado) y vitamina B12, entre las vitaminas hidrosolubles. Aporta además yodo, fósforo, hierro, magnesio y selenio. Tiene especial importancia por ser la principal fuente de ácidos grasos poliinsaturados Omega 3, que son lípidos estructurales necesarios para el desarrollo del sistema nervioso central y de la retina.
Se recomienda consumir más pescado que carne, tomando 3-4 raciones a la semana y preferiblemente pescados magros como lenguado, merluza, pescadilla, gallo… Es muy importante ofrecer el pescado siempre libre de espinas.
Huevo. La proteína de la clara del huevo, además de ser fácil de digerir, contiene todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita y en la proporción óptima, lo que la sitúa como la proteína de mayor valor biológico, esto es, la que mejor se adapta a nuestras necesidades nutricionales. El huevo aporta además vitaminas del grupo B, y vitaminas A, D, E y K. Además, aporta hierro, fósforo, zinc, yodo, manganeso y selenio.
Se recomienda un consumo de 3 raciones de huevo a la semana, preparado en tortilla, pasado por agua, cocido o en la preparación que tu prefieras.
Legumbres. Son ricas en vitaminas y minerales, aportan hidratos de carbono de absorción lenta, no tienen grasa, son baratas, ricas, variadas y permiten la elaboración de una gran variedad de platos. Mezclándolas en puré con carne, pescado o arroz se obtienen platos muy nutritivos y completos para los niños y que, además, son fáciles de comer.
Se recomienda consumir legumbres de 2-4 raciones a la semana.
Grasas vegetales. Aunque todos los tipos de grasas son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, debe priorizarse el consumo de grasas monoinsaturadas como las que provienen de aceites vegetales. La mejor es el aceite de oliva, aunque son adecuadas todas las grasas vegetales, excepto las de coco y palma. Se recomienda el consumo de 10 ml a diario de aceite de oliva virgen, preferiblemente en crudo.
Agua. Se recomienda el consumo de agua en la población infantil. No se deben ofrecer zumos, refrescos ni bebidas edulcoradas.
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Todas estas recomendaciones deben adaptarse a las necesidades particulares de cada niño. Si damos a nuestro hijo una alimentación correcta, no solo será importantísimo para su correcto crecimiento y desarrollo, sino que estaremos educando en hábitos alimenticios adecuados que le ayudarán a mantener un estilo de vida saludable.
Dra. Dª. Ana María Roca Ruiz, Médico, Máster en Nutrición.
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Febrero, 2025.
Referencias
Aranceta-Bartrina J, Partearroyo T, López-Sobaler AM, Ortega RM, Varela-Moreiras G, Serra-Majem L, Pérez-Rodrigo C; Collaborative Group for the Dietary Guidelines for the Spanish Population (SENC). Updating the Food-Based Dietary Guidelines for the Spanish Population: The Spanish Society of Community Nutrition (SENC) Proposal. Nutrients. 2019 Nov 5;11(11):2675. doi: 10.3390/nu11112675. PMID: 31694249; PMCID: PMC6893611.