El pepino (Cucumis sativus L.) es una hortaliza de gran tradición en la cultura mediterránea, siendo un ingrediente esencial en la alimentación y gastronomía de esta región. Su fácil disponibilidad durante todo el año, gracias a su cultivo en invernaderos, lo convierte en un alimento versátil y accesible.
Originario del sur de Asia, su cultivo se remonta a más de 3.000 años en la India. Los egipcios lo incorporaron a su dieta y lo extendieron por el Mediterráneo, llegando a griegos y romanos, quienes lo consumían habitualmente. En el siglo XVI, los españoles lo llevaron al Nuevo Mundo, consolidando su presencia en América.
Hoy en día, el pepino es una de las hortalizas más cultivadas en el mundo, ocupando el cuarto puesto en producción global, después del tomate, la col y la cebolla. China lidera la producción mundial, seguida por Turquía, Irán y Estados Unidos. En España, las principales zonas productoras son Andalucía, Murcia, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
De forma cilíndrica y alargada, el pepino mide entre 15 y 25 cm de longitud y tiene un diámetro de unos 5 cm, aunque su tamaño varía según la variedad. Su pulpa es acuosa y blanquecina, con semillas en su interior y un sabor suave, similar al de un melón poco maduro. Su piel puede ser lisa o rugosa, con tonalidades que van del verde claro al oscuro, tornándose amarillenta al madurar. Para mejorar su digestión y reducir su ligero amargor, es recomendable cortarlo en rodajas y añadirle sal antes de consumirlo.
Variedades de pepino cultivadas
Las variedades de pepinos se pueden clasificar según diferentes características:
a) Por su tamaño, forma y color de su piel:
– Pepino corto o pepinillo (tipo español): es de pequeño tamaño con 15 cm de longitud como máximo y un peso medio de 125 gramos. Su piel es verde con rayas de color amarillo o blanco. Se utilizan para el consumo en fresco o para la elaboración de encurtidos (en este caso se recolectan más pequeños.)
– Pepino medio largo (tipo francés): presenta una longitud de 20 a 25 cm. En este grupo a su vez podemos distinguir dos variedades: el pepino con espinas y el de piel lisa. Son similares a los que se producen en Almería, pero más cortos.
– Pepino largo (tipo holandés): llega alcanzar hasta 25 cm de longitud y presenta una piel lisa y más o menos surcada. El tamaño de las hojas es mucho más grande.
b) Por su forma de consumo:
– Pepino de consumo fresco: son grandes y su corteza puede ser verde o amarilla.
– Pepinillos: presentan un menor tamaño y se consumen generalmente en encurtidos. Incluye tanto variedades lisas como con verrugas.
c) Por el tipo de cultivo:
– Pepinos de invernadero: presentan una piel fina, su forma es alargada y recta y con pocas semillas.
– Pepinos de caballón: presentan una piel dura y verde oscura, lo que obliga a que se tengan que pelar antes de ser consumidos. Y tienen menos semillas que la variedad anterior.
¿Qué debo saber para comprar el pepino?
Hoy es posible encontrarlos en el mercado todo el año, gracias a su cultivo en invernadero. No obstante, en primavera y verano su precio es más económico y son más sabrosos.
Es recomendable elegir los ejemplares que presenten una piel verde oscura, sin manchas, firmes y sin un diámetro demasiado ancho (no debe superar los cinco centímetros). Se recomienda rechazar los ejemplares que muestren extremos secos y tonos apagados o amarillentos pues indican un defecto en el desarrollo de la hortaliza, así como, también obviar comprar los que sean grandes, ya que suelen presentar un sabor más amargo, así como, una textura más blanda.
Presione el extremo del tallo: si está blando no compre ese ejemplar ya que esto es indicativo de que ese pepino fue recolectado hace tiempo.
Valor nutricional del pepino
El pepino es un alimento muy rico en agua (un 95-97% de su peso), esto la convierte en un alimento poco energético. Tanto es así que 100 g de sustancia comestibles proporcionan tan solo 17-20 Kcal.
Esta verdura es pobre en proteínas (100 g de sustancia comestible aportan solo 0,8-1,6 g) y lípidos 0,3-0,2 g/ 100 g de parte comestible. Destaca por un reducido contenido en hidratos de carbono, en comparación con otras hortalizas; su aporte en carbohidratos, va de un 1-2,4 g por 100 g de parte comestible.
Su aporte en fibra es de 0,5 g por 100 g de parte comestible. Fundamentalmente es celulosa (0,30 g por cada 100 g de parte comestible).
En cuanto a su aporte vitamínico, esta verdura, se caracteriza por tener una concentración modesta de vitamina C (6 mg por 100 g de parte comestible), así cien miligramos de pepino aportan el 10% de la ingesta recomendada en dicha vitamina, provitamina A (a-criptoxantina el pepino posee 26 mg por cada 100 gramos de parte comestible) y de vitamina E, y, en proporciones aún menores, vitaminas del grupo B tales como folatos, B1, B2 y B3.
El pepino no se considera una verdura rica en minerales, aunque cabe señalar que el más abundante es el potasio (140 mg por 100 g de parte comestible) y en menor proporción está el fósforo, hierro, azufre, silicio, flúor, zinc y el magnesio.
También entre sus constituyentes podemos incluir fitosteroles (14 mg por 100 g de parte comestible de beta-sitosteroles), terpenos, compuestos fenólicos y ácidos orgánicos (ácido cítrico, ácido caféico y ácido málico).
El pepino, consumo sano
El pepino es una hortaliza ligera y refrescante, con un alto contenido de agua y pocas calorías, pero con grandes propiedades para la salud. Sus efectos antioxidantes, hipolipemiantes y antidiabéticos ayudan a mantener el bienestar general. Además, actúa como un depurador natural al eliminar toxinas del organismo. Se cree que revitaliza, refresca, cura, calma y suaviza la piel irritada, además de prevenir el picor.
Su jugo fresco nutre y calma la piel, aliviando irritaciones y reduciendo el edema. También es un excelente aliado contra las quemaduras solares, proporcionando frescura y alivio. Además, el pepino tiene propiedades tónicas y hemostáticas, ayudando a combatir la sed excesiva y los golpes de calor. Sus semillas, por su parte, favorecen la digestión y contribuyen a aliviar el estreñimiento.
Más allá de su efecto refrescante, el pepino es rico en compuestos bioactivos como cucurbitacinas, cucumerinas y flavonoides, que potencian sus beneficios para la salud.
Saber más sobre el pepino
● Pueden conservarse en la nevera de tres a cinco días.
● No lo guarde nunca dentro de una bolsa de plástico, ya que así se acelera el proceso de maduración.
● También es posible mantenerlo fresco dentro de un recipiente de cristal con agua fría, introducidos verticalmente por el tallo.
● Una vez cortados resisten muy poco tiempo, además es importante envolverlos en plástico transparente porque captan con facilidad los olores de otros alimentos.
● No admite la congelación, ni entero, ni troceado dado que es una hortaliza muy rica en agua.
● Existen los conocidos como pepinillos (usados para elaborar encurtidos), los cuales se pueden conservar durante más tiempo.
● El pepino puede resultar indigesto para algunas personas, esto se puede evitar siguiendo las siguientes precauciones, que además atenúan su sabor amargo:
Cortar los pepinos en rodajas, salarlos un poco y dejarlos escurrir en un colador aproximadamente una hora. Otra opción es introducir los pepinos enteros, con las puntas cortadas, en un bol con agua y sal.
Retirar las pepitas y pelarlos generosamente mediante cortes longitudinales y quitándoles las puntas.
María del Carmen Moreu Burgos, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos. Diplomada en Nutrición.
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Marzo, 2025.
Referencias
Naureen Z, Dhuli K, Donato K, et al. Foods of the Mediterranean diet: citrus, cucumber and grape. J Prev Med Hyg. 2022;63(2 Suppl 3):E21-E27. doi:10.15167/2421-4248/jpmh2022.63.2S3.2743