Los helados son uno de los alimentos más disfrutados en todo el mundo, ideales tanto como postre como para darse un capricho entre comidas. Su textura cremosa y su sabor dulce los convierten en una de las opciones favoritas, especialmente entre los más pequeños.

Durante los meses de verano, los helados son perfectos para refrescarse y mitigar el calor, proporcionando una sensación agradable en el paladar. Son aptos para todas las edades y pueden disfrutarse en una gran variedad de sabores y presentaciones.

Su elaboración consiste en batir y congelar una mezcla de leche y derivados lácteos, previamente pasteurizada y homogeneizada, combinada con otros ingredientes alimenticios.

Aunque deliciosos, los helados deben formar parte de una alimentación equilibrada y consumirse con moderación para mantener un estilo de vida saludable.

Tipos de helados

Helados que tienen como base la crema (nata), la leche entera o desnatada y la grasa no láctea.

Helados que tienen como base el agua, como son los polos, sorbetes o granizados.

Postres helados, como tartas y pasteles helados.

Ingredientes utilizados en la fabricación de helados

Leche y derivados lácteos (mantequilla, nata). La leche, bien sea entera, desnatada o en polvo es el ingrediente mayoritario, especialmente de los helados tipo crema.

Agua, como componente mayoritario de polos y sorbetes.

Frutas frescas o desecadas.

Frutos secos (almendras, nueces, avellanas, pistachos…)

Huevo.

Estimulantes y aromatizantes (café, cacao y vainilla).

Además, en pequeñas cantidades, llevan colorantes, antioxidantes, estabilizadores y emulgentes, siempre respetando las normas legales vigentes.

Un helado casero o elaborado con ingredientes naturales (yogur, frutas, frutos secos) puede ser una excelente opción como postre ocasional dentro de una dieta equilibrada.

¿Qué nutrientes nos aportan los helados?

Aunque el helado suele asociarse con un capricho dulce, su consumo también puede tener algunos beneficios saludables cuando se elige con los ingredientes adecuados y se disfruta con moderación.

Su alto valor nutritivo depende de la cantidad y tipo de ingredientes utilizados en su elaboración. En general aportan:

Energía: Son una buena fuente de calorías, sobre todo cuanto mayor sea su contenido en leche o nata. También tienen más calorías si se emplea el azúcar que si se usan edulcorantes como la sacarina.

Proteínas: Su contenido proteico depende de su composición, siendo mayor cuando son elaborados con leche y huevos.

Grasas: Contienen cantidades superiores al 10% de su peso de grasa, fundamentalmente saturada, responsable en gran medida de su alto aporte energético y relacionada con un mayor riesgo a padecer enfermedades coronarias. La grasa podrá ser de origen animal, procedente de la mantequilla y la grasa de la leche, o bien de origen vegetal, procedente del aceite de coco y palma hidrogenados utilizados en su fabricación, que son peores desde el punto de vista nutricional.

Hidratos de carbono o azúcares: Suponen un 25% de su peso, siendo fundamentalmente sacarosa y glucosa procedente del azúcar y del jarabe de glucosa empleados, además de la lactosa procedente de la leche. También existen helados para diabéticos que llevan edulcorantes artificiales autorizados y/o fructosa.

Vitaminas: Son especialmente ricos en vitamina A, D, C, B1 o tiamina, B2 o riboflavina y niacina.

Minerales: Sobre todo aportan calcio cuya asimilación se verá favorecida por la presencia de lactosa (azúcar de la leche).

Para una opción más saludable, elige helados con ingredientes naturales, bajos en azúcar y ricos en nutrientes, como los helados de yogur, frutas o alternativas con proteínas y fibra.

¿Cuándo están especialmente indicados los helados?

 Los helados son el complemento dietético ideal en:

Situaciones de anorexia o delgadez extrema debido a su gran aporte energético y nutricional.

En periodos postoperatorios de amigdalitis, ya que las bajas temperaturas que alcanzan estos productos previenen las hemorragias.

En caso de sed en los días calurosos o en caso de deshidratación ligera.

Para mejorar el estado de ánimo. Los helados pueden estimular la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con la felicidad y el bienestar.

¿En qué situaciones debe evitarse el consumo de helados?

 Se deben evitar en casos de:

Intolerancia a la lactosa.

Faringitis crónica.

Obesidad y sobrepeso.

Problemas cardiovasculares.

Diabéticos, salvo que los helados estén elaborados con edulcorantes aconsejados en esta situación. 

Existen opciones sin lácteos elaboradas con bebidas vegetales, como almendra, coco o avena, ideales para personas con intolerancia a la lactosa o que siguen una dieta vegana, sin perder los beneficios del helado.

Saber más…

Cada vez más, los helados funcionales están ganando popularidad como una opción saludable para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades.

Su principal mejora radica en la sustitución de grasas y azúcares. Además, se pretende que sea un excelente vehículo para incorporar ingredientes bioactivos como antioxidantes, vitaminas, minerales, fibra y otros compuestos beneficiosos.

Se elaboran con ingredientes como los probióticos, ya que estos han ganado gran popularidad debido a sus beneficios comprobados, como la mejora de la microbiota intestinal, el fortalecimiento de la barrera intestinal y la modulación del sistema inmunológico.

Si bien el helado sigue siendo un postre universalmente apreciado, la incorporación de ingredientes funcionales como probióticos y antioxidantes presenta un desafío único.

Dra. Dª. Ana Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos

Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Marzo, 2025.

Referencias

Genovese A, Balivo A, Salvati A, Sacchi R. Functional ice cream health benefits and sensory implications. Food Res Int. 2022;161:111858. doi:10.1016/j.foodres.2022.111858

Ziarno M, Cichońska P, Kowalska E, Zaręba D. Probiotic-Enriched Ice Cream with Fermented White Kidney Bean Homogenate: Survival, Antioxidant Activity, and Potential for Future Health Benefits. Molecules. 2024;29(13):3222. doi:10.3390/molecules29133222