El producto lácteo enriquecido con ácidos grasos Omega 3, ácido oleico, vitaminas y minerales representa una excelente opción sencilla de consumir para mejorar la calidad de la alimentación y la salud diaria. Puede acompañar el consumo de bebidas durante las comidas principales o en las meriendas a lo largo del día. Cabe destacar que esta nueva formulación no altera el sabor de la bebida y conserva los beneficios para la salud y el aporte de nutrientes esenciales lo convierten en una alternativa recomendable dentro de una dieta equilibrada. Incorporar estos elementos en la rutina alimentaria puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar el bienestar general.
Tomar un vaso de una bebida láctea enriquecida con Omega 3, ácido oleico, vitaminas y minerales aporta nutrientes esenciales que fortalecen la salud de manera integral. Su consumo regular puede ayudar a mantener el corazón sano, fortalecer y/o mantener la densidad de los huesos y mejorar la función cerebral, convirtiéndolo en una opción práctica y beneficiosa dentro de una alimentación equilibrada.
Los ácidos grasos Omega 3 y su papel en la salud
La ciencia de la nutrición ha destacado la importancia de los ácidos grasos Omega 3 y el ácido oleico en la alimentación diaria debido a sus numerosos beneficios para la salud Los ácidos grasos Omega 3 son un tipo de grasa poliinsaturada esencial para el organismo humano, ya que no puede sintetizarlos por sí mismo y deben obtenerse a través de la dieta. Dentro de esta categoría, los más estudiados son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), los cuales se encuentran principalmente en pescados grasos y suplementos dietéticos (Calder, 2017). A continuación, te compartimos los beneficios de esta grasa para los diversos sistemas, órganos y tejidos:
Sistema cardiovascular. Estas grasas tienen efectos que ayudan a proteger la salud del corazón, tales como:
Reducen los triglicéridos, un tipo de grasa presente en la sangre.
Disminuyen el riesgo de desarrollar arritmias, evitando latidos cardíacos irregulares.
Reducen la acumulación de placa en las arterias, previniendo la aterosclerosis.
Ayudan a disminuir ligeramente la presión arterial, contribuyendo a la salud del corazón.
Propiedades antiinflamatorias y anticoagulantes que pueden prevenir la formación de coágulos sanguíneos y mejorar la circulación sanguínea.
Sistema nervioso y cognitivo. Consumir Omega 3 diariamente incrementa los niveles de DHA y EPA en las células sanguíneas, lo que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo (perdida de memoria y capacidad de aprendizaje) relacionado con la edad. Incluso pequeñas dosis diarias de DHA han demostrado efectos positivos en la prevención de la demencia (Ichinose et al., 2021).
Salud ósea. Las investigaciones sugieren que una ingesta elevada de estos ácidos grasos está asociada con menores tasas de osteoporosis y enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como el deterioro cognitivo, la demencia y el Alzheimer. También se ha observado que poblaciones con un mayor consumo de Omega 3 presentan una menor pérdida de densidad mineral ósea (Ali et al., 2024).
Metabolismo de la glucosa. Diversos estudios han demostrado que los Omega 3 tienen un efecto protector en relación con la diabetes. Su consumo contribuye a reducir los niveles de glucemia en ayunas y a mejorar la resistencia a la insulina, favoreciendo un metabolismo más saludable.
Respuestas inflamatorias y sistema inmunológico. Los Omega 3 también tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a modular la respuesta inflamatoria del cuerpo. Este efecto es clave en la prevención y manejo de enfermedades inflamatorias crónicas, promoviendo un estado de salud óptimo.
Salud ocular (del ojo). Los estudios sobre el efecto de los ácidos grasos omega-3 en el tratamiento del síndrome del ojo seco se encuentran en una fase inicial pareciera que pueden contribuir a la reducción de los síntomas del ojo seco, tan común en estos tiempos de excesivo uso de pantallas. Otros estudios recientes han evidenciado que los ácidos grasos omega-3 pueden mejorar la visión en pacientes con degeneración retiniana.
Para la célula. Los ácidos grasos Omega 3 ayudan a mantener las células sanas, protegiendo su estructura y asegurando que funcionen bien. Esto es clave para que los tejidos del cuerpo trabajen correctamente.
El producto lácteo enriquecido con ácidos grasos Omega 3 proporciona una fuente adicional de estos nutrientes esenciales en la dieta diaria, facilitando su consumo para aquellas personas que no ingieren suficientes cantidades de pescados azules o suplementos.
Ácido oleico y salud del corazón
El ácido oleico es un tipo de ácido graso. El ácido oleico es un ácido graso monoinsaturado predominante en el aceite de oliva y en algunos frutos secos. Su consumo se ha relacionado con diversos beneficios para la salud, entre ellos la mejora del perfil lipídico, la regulación de los niveles de colesterol, las afecciones cardiacas y la inflamación.
Se ha demostrado que la sustitución de grasas saturadas por ácido oleico puede contribuir a una reducción del colesterol LDL («colesterol malo») y un aumento del colesterol HDL («colesterol bueno»), lo que favorece la salud cardiovascular. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la ingesta de ácido oleico en el marco de una dieta equilibrada contribuye al mantenimiento de niveles normales de colesterol en sangre.
Al incorporar este ácido graso en productos lácteos, se facilita su consumo en la población general, ofreciendo una alternativa saludable, sencilla y practica para mejorar la calidad de la dieta diaria.
Vitaminas y minerales esenciales para el organismo
La incorporación de vitaminas y minerales esenciales en productos lácteos proporciona una solución efectiva para mejorar la salud cardiovascular, fortalecer el sistema inmunológico y contribuir al bienestar general del organismo. Estos pequeños nutrientes esenciales desempeñan funciones clave en el mantenimiento de la salud:
Vitamina A: Importante para la salud ocular, el sistema inmunológico y el crecimiento celular. También es fundamental para la reproducción y la salud de la piel. Se encuentra en alimentos como zanahorias, espinacas, papaya y preparados lácteos fortificados.
Vitamina D: Fundamental para la absorción del calcio y el mantenimiento de huesos fuertes. Además, apoya la función inmunológica y puede influir en el estado de ánimo y la salud mental. Se obtiene principalmente a través de la exposición al sol y en alimentos como pescados grasos y productos lácteos fortificados.
Vitamina E: Actúa como antioxidante y protege las células del daño oxidativo. También apoya la función inmunológica y ayuda a mantener la salud de la piel. Se encuentra en aceites vegetales, nueces, semillas y productos lácteos fortificados.
Vitaminas del complejo B (B6, B12, ácido fólico): Esenciales para el metabolismo energético y la salud neurológica. La vitamina B6 es crucial para la síntesis de neurotransmisores, la B12 para la formación de glóbulos rojos y el ácido fólico para la síntesis de ADN y la prevención de defectos del tubo neural durante el embarazo. Fuentes alimentarias incluyen carnes, pescados, huevos, vegetales de hoja verde y productos lácteos fortificados.
Calcio y fósforo: Minerales fundamentales para la estructura ósea y dental. El calcio también es necesario para la contracción muscular y la función nerviosa, mientras que el fósforo es crucial para la producción de ATP, la molécula de energía del cuerpo. Ambos se encuentran en productos lácteos, carnes y pescados.
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Original de división de Investigación y Desarrollo de Puleva (Puleva Biotech).
Actualizado y revisado por Dra. Jennifer Bernal-Rivas. Nutricionista-Dietista, Máster en Nutrición Humana y Doctora en Ciencias. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Enero, 2025.
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