La soya es una planta originaria de Asia que hoy en día se cultiva en muchas partes del mundo. Su semilla es especialmente valiosa porque contiene una gran cantidad de proteínas y aceite. De hecho, está compuesta por un 38% de proteínas y un 21% de grasas, además de ser una excelente fuente de vitaminas y minerales.
El aceite de soya es muy saludable, ya que es rico en ácidos grasos insaturados, como los omega-3 y omega-6. De su contenido total de grasas, el 57% corresponde a ácidos grasos esenciales, mientras que, en términos de proteínas, aporta el 36% de los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en un alimento muy nutritivo.
En los últimos años, el consumo de soja ha experimentado un considerable aumento debido a no sólo su poder nutricional sino también a otros numerosos beneficios para la salud: protege contra el cáncer de mama y próstata, reduce los síntomas de la menopausia, disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca y osteoporosis. Este aumento en su consumo ha dado lugar, consecuentemente, a un incremento en la aparición de personas alérgicas a esta leguminosa.
La mayoría de las personas alérgicas a la soja pueden comer lecitina de soja, aceite de soja y salsa de soja
La alergia a las leguminosas aparece normalmente en la infancia, y en el caso de la soja, persiste con la edad. La edad media a la cual se manifiesta este tipo de alergia suele ser alrededor de los tres meses de vida –aproximadamente, el 30-40% de bebés alérgicos a la proteína de la leche de vaca también lo es a la proteína de las leches infantiles elaboradas con la soja–, mientras que en los adultos resulta rara, aunque también la pueden sufrir.
La mayoría de los alérgenos de las leguminosas son proteínas usadas por la semilla como reserva para la germinación y el desarrollo. La soja presenta un alérgeno muy parecido al de los ácaros del polvo, aunque no se sabe si existe una relación entre ambas alergias.
Actualmente, esta leguminosa es la principal causa de alergia en la dieta norteamericana, tanto por su consumo directo como por la proliferación de los productos que la contienen. Tan es así, que los pronósticos en este tipo de alergia auguran un aumento de padecer la misma debido a la agresiva promoción de esta leguminosa, así como a una creciente inclusión de la soja en alimentos y bebidas. Y ello porque la proteína de soja es considerada un componente alimentario muy valioso y nutritivo, usado en la elaboración de helados, zumos de frutas, productos de pastelería, sopas, dulces, pasta italiana, tofu, salchichas y hamburguesas (conocidas como carne artificial), etc. También es posible encontrar en el mercado productos elaborados sólo a base de soja, dentro de éstos podemos incluir la harina, la leche con Isoflavonas de soja y el aceite de soja.
Hoy en día resulta difícil evitarla y sus derivados, a menos que leamos muy bien las etiquetas de los alimentos que compremos y los elijamos simples y naturales en vez de procesados, ya que la proteína de soja es a menudo un ingrediente oculto en alimentos preparados.
Síntomas de la alergia a la Soja
La alergia a la soja puede producir diferentes síntomas, entre estos podemos incluir: en la piel pueden aparecer acné o eczemas; congestión nasal; hinchazón; asma; falta de aire; fiebre del heno, alergia al polen; picor y urticaria; conjuntivitis; fiebre, fatiga, debilidad y náuseas; úlceras de la boca o ampollas de fiebre; problemas gastrointestinales (diarrea, colitis); y en el peor de los casos, incluso puede llegar a producir anafilaxia.
¿Cómo leer una etiqueta libre de soja?
Sí tiene un hijo con alergia a la soja, asegúrese de evitar los alimentos que contengan soja. Contendrán soja los alimentos que especifiquen en sus etiquetas alguna de las siguientes leyendas: brotes de soja; lecitina de soja; sémola de soja; leche de soja; aceite de soja; salsa de soja; harina de soja; queso de soja; proteínas de soja hidrolizada; concentrados de proteína de soja; aislados de proteína de soja; nueces de soja; frijoles de soja; yogur de soja; tofu; kyodufu (tofu liofilizado); akara (alimento hecho con varias semillas); edamame (soja en vaina); glycine máx. (soja); glutamato monosódico (MSG); monodiglicérido; miso; natto (pasta de soja fermentada); okara (pulpa de soja); salsa Shoyu; tamari (gránulos de soja); tempe (pasta de soja fermentada); proteína vegetal texturizada (TVP); yuba (alimento asiático a base de soja).
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las personas alérgicas a la soja pueden comer lecitina de soja, aceite de soja y salsa de soja. No obstante, si su hijo es alérgico a la soja, debe consultarlo con el médico.
Fuentes ocultas de soja o productos de soja
Dentro de este grupo podemos incluir: los aromatizantes y saborizantes naturales; proteínas de plantas hidrolizadas y la proteína vegetal hidrolizada; condimentos naturales (es importante contactar con los fabricantes para que le informen sobre si usan la soja como proteína transportadora del condimento natural); caldo, almidón y goma de mascar vegetal (importante comunicarse con los fabricantes para que nos informen si éstos son de soja); salsa Heinz ® Worcesterhire, salsa Lea & Perrins ®.
Dª. María del Carmen Moreu Burgos, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos, Diplomada en Nutrición.
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Marzo, 2025.
Referencias
Cosyns JCE, Frykas TLM, Hildebrand HV, et al. Peanut, soy, and emerging legume allergy in Canada. J Allergy Clin Immunol Glob. 2022;1(4):319-321. doi:10.1016/j.jacig.2022.05.008.