En las últimas décadas, tanto niños como adultos en todo el mundo han experimentado un aumento en la prevalencia de alergias alimentarias. Diversos factores, como una mayor exposición a alérgenos, diagnósticos más tempranos y cambios en el entorno que influyen en la tolerancia inmunitaria, han contribuido a esta tendencia. Las alergias alimentarias pueden presentarse de diversas formas, desde reacciones leves hasta casos más graves, como la anafilaxia, que pueden poner en riesgo la vida.
Dentro de este contexto, los alérgenos de origen vegetal son una de las principales causas, manifestándose con frecuencia en la infancia, aunque también pueden aparecer en la edad adulta. Si bien las frutas y verduras son ampliamente recomendadas por sus beneficios para la salud y su papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, algunas personas con predisposición pueden experimentar reacciones al consumirlas. Estos alérgenos pueden encontrarse en diferentes partes del alimento, como la cáscara, la pulpa o las semillas, y estar presentes en productos como jugos, pasteles, dulces y conservas. Incluso sin procesamiento térmico o pasteurización, acciones simples como cortar una fruta, por ejemplo, una manzana, pueden desencadenar procesos oxidativos que alteren sus componentes alergénicos.
Las respuestas alérgicas a las frutas pueden presentarse en dos patrones clínicos predominantes: uno que se origina directamente en la fruta y no se asocia con sensibilidades al polen, y otro que está estrechamente vinculado a las alergias al polen.
Se recomienda comer la fruta pelada, dado que algunos alérgenos se encuentran en la piel. En España, la alergia a las frutas representa alrededor del 35% de las alergias causadas por alimentos. De los afectados, los que son alérgicos a alguna fruta lo son principalmente: melocotón, kiwi y melón, manzana y plátano.
Como ya se ha mencionado anteriormente, las reacciones alérgicas provocadas por las frutas son las conocidas como síndrome de alergia oral, que se manifiestan con picor en la boca, garganta y oídos, sin aparecer cuadros más intensos. Generalmente se trata de una sensibilización a un pan-alérgeno (tipo profilina) y se suele dar en personas que manifiestan alergia al polen de árboles, cereales o malas hierbas. Así, a modo de ejemplo, se da con frecuencia el caso de personas que desarrollan alergia a la manzana y que previamente lo eran al polen de abedul.
Muchos de los alérgenos de frutas presentan reacciones cruzadas con pólenes y se destruyen por acción del cocinado, lo que hace que si consumimos las frutas elaboradas no manifestemos síntomas. Sin embargo, algunas personas no alérgicas al polen pueden tener manifestaciones graves, incluso anafilaxia; en tales casos, esa reacción es provocada por las proteínas de la propia fruta, (generalmente LTP, que es proteína transportadora de lípidos), ya que esos alérgenos implicados no se destruyen por acción del cocinado. Los síntomas son de aparición inmediata, aparecen dentro de la primera hora tras la ingestión de la fruta.
Varios de los alérgenos del látex se parecen a determinadas proteínas de las frutas tropicales (aguacate, kiwi, plátano, piña), lo que hace que personas alérgicas a éste puedan serlo también a estas frutas, dándose el conocido como síndrome látex-fruta.
Los pacientes alérgicos a rosáceos presentan una diferente tolerancia clínica a la misma fruta según sea ingerida con piel o pelada; así, se observa que la piel de melocotón, manzana y pera presentan una mayor alergenicidad que sus respectivas pulpas, hecho que se debe tener en cuenta en la evaluación clínica de estos pacientes.
Frutas implicadas
El abanico de frutas causantes de alergias es muy variado; a continuación, indicaremos cuales son, así como a la familia botánica a la que pertenecen:
1. Familia Cucurbitáceas: pepino, melón, sandía…
2. Familia Dilináceas o actinidiáceas: kiwi.
3. Familia Musáceas: plátano.
4. Familia Rósaceas: nectarina, membrillo, manzana, pera, fresa, ciruela, cereza, albaricoque, melocotón…
5. Familia Rutáceas: pomelo, naranja, mandarina, limón…
Los plátanos y fresas pueden producir alergia, aunque a veces pueden provocar síntomas similares no relacionados con ésta.
Fuentes ocultas de frutas
Las frutas pueden estar ocultas en multitud de alimentos: zumos; macedonias; yogures y otros productos lácteos; cereales (ya sea en barritas o en los cereales de desayuno); chocolates y bombones; tartas, pan y dulces (bollos, magdalenas, etc); gelatinas; helados; sorbetes; potitos. En definitiva, es aconsejable limitar el consumo de productos industriales.
¿Cómo tratar a un alérgico a las frutas?
No existe ningún medicamento específico para tratar la alergia a las frutas. El mejor tratamiento, sin lugar a dudas, es tan simple como evitar consumir todos los alimentos o productos que contengan frutas. Estas personas, además, pueden presentar la reacción alérgica con tan solo rozar su piel (en este caso evitaremos pelar estas frutas y comeremos solo su pulpa) u olerlas (no usaremos perfumes o geles de baño que las contengan como aroma).
Algunos consejos: portar un brazalete, pulsera o chapa identificativa de su calidad de alérgico y al alimento al cual se es; es de vital importancia informar de tal alergia a toda persona con la que dejemos a nuestro hijo (colegio, familiares, amigos), incluso en bares y restaurantes cuando comamos fuera de casa; también debemos informar al médico y al farmacéutico y no olvidar nunca leer el prospecto en el apartado de composición.
Estos tres consejos anteriormente expuestos deben ser aplicados en cualquier tipo de alergia. Si nuestro hijo es ya alérgico a alguna fruta debemos tomar algunas precauciones como:
– Introducir las frutas exóticas con precaución.
– Vigilar posibles reacciones a pólenes.
– Si ya es alérgico al plátano, aguacate y kiwi, vigilar posibles reacciones al látex.
– Recomendable comer la fruta pelada, dado que algunos alérgenos se encuentran en la piel.
– Vigilar cuando le demos frutas de carácter estacional, ya que algunos niños pueden manifestar reacciones a frutas que en temporadas anteriores eran bien toleradas.
– En el caso de alergia a frutas asociadas a pólenes, la vacunación (alergia al polen) puede mejorar la alergia a las mismas.
El manejo eficaz de las alergias a las frutas requiere un enfoque personalizado, que considere factores como la gravedad de los síntomas, la sensibilización a alérgenos específicos, el tratamiento térmico y cofactores como el ejercicio y el alcohol.
Saber más
En el mercado podemos encontrar algunas fragancias o perfumes elaborados con aromas de frutas que pueden causar síntomas de alergia por inhalación. Ya se produzca la alergia por contacto o por inhalación, la reacción que puede causar será igual o incluso más fuerte que la provocada al consumir la fruta.
Dª. María del Carmen Moreu Burgos, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos, Diplomada en Nutrición.
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Marzo, 2025.
Referencias
Krikeerati T, Rodsaward P, Nawiboonwong J, Pinyopornpanish K, Phusawang S, Sompornrattanaphan M. Revisiting Fruit Allergy: Prevalence across the Globe, Diagnosis, and Current Management. Foods. 2023;12(22):4083. doi:10.3390/foods12224083
Aytekin Guvenir F, Sengul Emeksiz Z, Buyuk Yaytokgil S, Toyran M, Dibek Misirlioglu E. Fruit allergy and anaphylaxis in children: Culprit fruits and clinical findings. Allergy Asthma Proc. 2024;45(4):e31-e37. doi:10.2500/aap.2024.45.240027