El embarazo es una etapa única en la vida de una mujer, llena de cambios tanto físicos como emocionales. Durante este periodo, es común experimentar variaciones en el estado de ánimo, en la forma de relacionarse con los demás y en la percepción de la propia identidad. La futura mamá puede sentirse más dependiente emocionalmente de sus seres queridos, especialmente de su pareja, lo que es completamente normal.
¿Por qué ocurren estos cambios?
Las transformaciones emocionales y físicas durante el embarazo tienen diversas causas:
El crecimiento del bebé en el útero.
Los cambios hormonales y fisiológicos propios de la gestación.
La responsabilidad y las expectativas que conlleva la maternidad.
Factores que influyen en estos cambios
Cada mujer vive el embarazo de manera diferente, dependiendo de su personalidad previa y de cómo evolucione la gestación.
– De la personalidad previa de la paciente. Aquellas pacientes que ya son excesivamente frágiles antes del embarazo es mucho más probable que se desestabilicen, que no aquellas mujeres que son más fuertes desde el punto de vista psicológico.
– De la evolución física del embarazo, ya que cuando el embarazo evoluciona con cualquier incidencia o dificultad que repercuta sobre el feto o sobre la misma madre, le creará una sobrecarga emocional que podrá acentuar estos cambios emocionales.
Cambios emocionales más comunes
Estos cambios suelen ser pasajeros y forman parte del proceso de adaptación a la nueva realidad de ser madre. Entre los más habituales se encuentran:
– Mayor sensibilidad emocional, con menor tolerancia al estrés y ansiedad.
Cambios en el estado de ánimo, que pueden incluir momentos de duda o preocupación, así como episodios de gran felicidad y entusiasmo por conocer al bebé.
Mayor necesidad de apoyo emocional, buscando la cercanía de la pareja, la familia y los profesionales de salud.
Menor interés por asuntos que no estén relacionados con la maternidad.
El entorno social y familiar de la mujer influye significativamente en su bienestar durante esta etapa. Una buena red de apoyo facilita la adaptación, mientras que factores como la falta de acompañamiento o problemas económicos pueden dificultarla.
Cambios según el trimestre del embarazo
Cada etapa de la gestación trae consigo nuevas emociones y experiencias:
Primer trimestre
Primera etapa caracterizada por una gran inseguridad emocional y estrés; muchas de las mujeres experimentan una sensación de felicidad inmensa y, a la vez, como efecto rebote, un clima de duda, desconcierto y temor. Es normal sentir dudas sobre la evolución del embarazo, acompañadas de fatiga, somnolencia y, en algunos casos, disminución del deseo sexual. Simplemente recibiendo una nutrición adecuada, descansando después de las comidas y disminuyendo la actividad física, podremos controlar esta sintomatología.
La primera visita al obstetra será muy importante para dar confianza y resolver aquellas dudas que en estos momentos tanto le preocupan.
Segundo trimestre
Es un período de estabilidad, adaptación y seguridad. La mujer empieza a notar los movimientos del bebé, lo que fortalece el vínculo con él. También pueden aparecer los “antojos” y se producirá un aumento de los deseos sexuales respecto al primer trimestre.
La mujer disfruta plenamente del embarazo; mediante los controles ecográficos observa con detenimiento el desarrollo de su bebe, se le dice el sexo de su criatura, empieza a notar los movimientos, etc… Es por todo esto que esta etapa se caracteriza por la estabilidad, la felicidad y la plenitud.
Tercer trimestre
Este período se caracteriza por la sobrecarga. En sus inicios persiste la sensación de tranquilidad observada en el segundo trimestre, pero a medida que nos acercamos al momento del parto, vuelven a aparecer los temores. Preguntas como si será o no parto vaginal, temor a una cesárea, temor a que el bebé sufra, etc.…, empiezan a rondar por la cabeza de la madre.
También es común que la mujer se sienta menos atractiva y experimente una disminución en la actividad sexual.
A pesar de estos cambios, es importante recordar que el embarazo es una etapa transitoria que marca un antes y un después en la vida de una mujer. Un buen seguimiento médico y un sólido apoyo emocional ayudarán a que esta experiencia sea vivida con mayor tranquilidad y confianza.
Salud mental de las madres durante el embarazo
Mantener una buena salud mental durante el embarazo es clave para el bienestar de la madre y el bebé. Se ha observado que los síntomas de salud mental deteriorada pueden aumentar el riesgo de complicaciones como la preeclampsia, el parto prematuro, un menor peso al nacer y una estancia hospitalaria más prolongada para el recién nacido. Además, la evidencia sugiere que las dificultades psicológicas en esta etapa pueden influir en el desarrollo socioemocional, cognitivo, lingüístico y motor del niño, incrementando el riesgo de problemas emocionales en la infancia.
Los trastornos perinatales del estado de ánimo y de ansiedad son condiciones comunes y relevantes en la salud mental materna. Por ello, cada vez hay un mayor énfasis en su detección y tratamiento tanto en la atención obstétrica como en la pediátrica. Se ha demostrado que factores como el estrés, la depresión y la ansiedad maternos pueden afectar el desarrollo del bebé, impactando su bienestar emocional y conductual, así como generando cambios en la estructura cerebral.
Diversos mecanismos pueden explicar estas relaciones, incluyendo los efectos fisiológicos de los trastornos perinatales del estado de ánimo durante el embarazo y las posibles alteraciones en la relación temprana entre padres e hijos. Por ello, brindar apoyo emocional y atención especializada a las madres en esta etapa es esencial para promover un desarrollo saludable en los niños y el bienestar materno a largo plazo.
Saber más…
Brindar un sólido apoyo social a las mujeres embarazadas es una estrategia clave para prevenir o reducir las complicaciones del embarazo y los posibles efectos adversos en el parto relacionados con la salud mental. Este apoyo se refiere a la medida en que las relaciones sociales satisfacen necesidades específicas, como el respaldo emocional, instrumental, afectivo o tangible, así como al nivel de integración social de la persona. Se ha demostrado que un buen apoyo social favorece interacciones positivas, ayudando a disminuir la depresión, el estrés y la ansiedad, lo que, a su vez, reduce el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto. Además, ofrece a las futuras madres herramientas adicionales para afrontar situaciones estresantes de manera más efectiva.
Equipo de Ginecología Dr. D. Lluís Cabero i Roura, Presidente Sociedad Española Ginecología y Obstetricia
Revisado por Dra. Casandra Madrigal. Nutricionista-Dietista, Doctora en Nutrición y Ciencia de los alimentos. Fundación Iberoamericana de Nutrición-FINUT. Marzo, 2025.
Referencias
Bedaso A, Adams J, Peng W, Sibbritt D. The relationship between social support and mental health problems during pregnancy: a systematic review and meta-analysis. Reprod Health. 2021;18(1):162. doi:10.1186/s12978-021-01209-5
Rabinowitz EP, Kutash LA, Richeson AL, Sayer MA, Samii MR, Delahanty DL. Depression, anxiety, and stress in pregnancy and postpartum: A longitudinal study during the COVID-19 pandemic. Midwifery. 2023;121:103655. doi:10.1016/j.midw.2023.103655