La introducción de legumbres, verduras y hortalizas en la dieta del lactante sigue siendo un pilar fundamental en su nutrición complementaria. Las pautas actuales continúan recomendando una introducción progresiva, adaptada a las necesidades del niño y bajo supervisión pediátrica. Este artículo actualiza las recomendaciones basadas en las últimas investigaciones y guías clínicas.
Las legumbres pertenecen a un grupo de plantas que producen semillas comestibles en forma de vaina. Estas semillas se cosechan en seco y se consumen como alimento. Algunas de las legumbres comunes son los frijoles, las lentejas, los garbanzos, las habas, las alubias y los guisantes. Contienen proteínas de origen vegetal, grasas saludables, fibra, minerales como magnesio, potasio, calcio, hierro no hemo y zinc, vitaminas del grupo B como B1, B2 y B3, y vitamina E. Según un reciente informe de UNICEF, el 78% de los niños de 6 a 23 meses no consumieron legumbres el día anterior. Dentro de los ocho grupos de alimentos clave para los niños, según la Organización Mundial de la Salud y UNICEF se encuentran las legumbres (WHO; 2023).
Según las recientes Guías de Alimentación Complementaria para infantes y niños pequeños entre 6 a 23 meses de la Organización Mundial de la Salud, la recomendación de consumo de vegetales es una de las que más demuestra elevado respaldo de la ciencia, por ello, el consumo se recomienda que sea diario. De los ocho grupos de alimentos recomendados en esta guía, dos grupos son recomendados para las frutas y vegetales: 1. Frutas y vegetales ricos en vitamina A y 2. Otras frutas y vegetales; ambos son clave en la ingesta energética por su mayor densidad de nutrientes, tales como las vitaminas A y C, potasio, folato, fitoquímicos y fibra alimentaria. En todo el mundo, solo el 59% de los niños de 6 a 23 meses consumieron verduras y/o frutas el día anterior (WHO, 2023).
Estos grupos de alimentos se caracterizan por:
Brindar beneficios digestivos: Favorecen el desarrollo del sistema digestivo, contribuyen a la formación del bolo fecal y mejoran el peristaltismo intestinal.
Apoyar la microbiota intestinal: Las fibras fermentables, como los fructooligosacáridos presentes en zanahorias y patatas, ayudan a mantener una microbiota intestinal saludable.
Contener un bajo contenido calórico: Son ideales para complementar la dieta láctea sin desplazar otros nutrientes esenciales.
Introducción paso a paso de los nuevos alimentos
Se recomienda incorporar las verduras y hortalizas a la dieta a partir de los seis meses. Las primeras opciones incluyen alimentos de baja alergenicidad como patatas, calabacín y zanahorias, preferiblemente en forma de puré o caldo. A partir de los nueve meses se pueden incluir legumbres como guisantes y lentejas, y entre los 11 y 12 meses, verduras de hoja verde como espinacas y acelgas, siempre teniendo en cuenta su preparación y cantidad.
En 2023, estudios han reafirmado que retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos no reduce el riesgo de alergias alimentarias, siempre que se respeten las recomendaciones sobre cantidades y preparación adecuadas. Esto incluye las legumbres como las lentejas y garbanzos, ricas en proteínas vegetales y hierro no hemo.
Recomendaciones de preparación y administración
Las verduras y hortalizas deben administrarse en forma de purés o caldos, preferiblemente cocidas al vapor o hervidas, para preservar su contenido nutricional. A partir del sexto mes, se pueden ofrecer purés de patatas y zanahorias. Se sugiere introducir gradualmente otras verduras como calabaza y brócoli, asegurándose de que estén bien trituradas para evitar riesgos de asfixia.
Los purés mixtos con legumbres, como lentejas y judías, aportan proteínas, hierro y ácido fólico, nutrientes clave para el desarrollo del bebé. En niños con riesgo de anemia, la combinación de alimentos ricos en hierro con fuentes de vitamina C, como el zumo de naranja, puede mejorar la absorción de este mineral.
Alternativas comerciales y su valor
En los últimos años, ha aumentado la oferta de productos comerciales de alta calidad nutricional. Las papillas listas para consumir, elaboradas con verduras orgánicas y sin aditivos químicos, son una opción práctica para padres con limitaciones de tiempo. Sin embargo, los expertos insisten en priorizar las preparaciones caseras para garantizar la frescura y el control de ingredientes.
Algunos productos comerciales combinan legumbres con cereales integrales, lo que ofrece un perfil nutricional completo al incluir carbohidratos complejos y fibras solubles. Es importante leer las etiquetas y evitar productos con altos niveles de sodio o azúcares añadidos.
Precaución con las alergias y toxicidad alimentaria
Alergias. Aunque las alergias alimentarias son menos comunes con las verduras y legumbres, algunos niños pueden presentar sensibilidades específicas. Los padres deben estar atentos a signos como erupciones cutáneas, vómitos o diarreas tras la introducción de nuevos alimentos. En caso de duda, se recomienda consultar con el pediatra o un alergólogo infantil.
Toxicidad a algunos vegetales. Se debe tener precaución con ciertos vegetales: Verduras como espinacas, remolachas y nabos deben darse en pequeñas cantidades debido a su contenido en nitratos, que en exceso pueden causar metahemoglobinemia. La metahemoglobinemia en bebés ocurre cuando los nitratos de ciertos vegetales, como espinacas y remolachas, se convierten en nitritos, alterando la hemoglobina e impidiendo el transporte de oxígeno. Los bebés menores de 6 meses son más vulnerables debido a su sistema digestivo inmaduro y menor capacidad para revertir este proceso. Para prevenirlo, se recomienda introducir estos vegetales en pequeñas cantidades a partir de los 12 meses y evitar almacenar purés por mucho tiempo para reducir la conversión de nitratos en nitritos, tal como recomiendan las guías de la Academia Americana de Pediatría y de la Organización Mundial de la Salud.
Saber más
Las legumbres no solo benefician la salud del bebé, sino también el medio ambiente. Son una fuente de proteína vegetal sostenible que requiere menos agua y genera menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con las proteínas animales. Introducir a los niños en una dieta rica en legumbres desde temprana edad no solo apoya su desarrollo, sino que también promueve hábitos alimenticios sostenibles.
Prof. Dr. D. Juan Antonio Molina Font, Catedrático de Pediatría, Universidad de Granada.
Revisado por María Gabriela Sagastume Rodríguez, Estudiante de Nutrición Clínica, Universidad Mariano Gálvez de Guatemala y Dra. Jennifer Bernal-Rivas, Investigadora colaboradora de la Fundación Iberoamericana de Nutrición. Enero, 2025.
Referencias
WHO. WHO Guideline for complementary feeding of infants and young children 6–23 months of age. Geneva: World Health Organization; 2023. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/373358/9789240081864-eng.pdf?sequence=1 Consultado 4 febrero 2025
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