La lactancia materna es ampliamente reconocida como la forma ideal para alimentar a los lactantes, recomendada tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como por otras entidades sanitarias internacionales. Según la OMS, se aconseja la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida y su continuación, junto con alimentos complementarios adecuados, hasta los dos años de edad o más. Esto no solo tiene beneficios directos sobre el desarrollo físico y emocional del bebé, sino que también impacta positivamente en la salud de las madres, además impacta positivamente al medio ambiente.
Vínculo Afectivo y Desarrollo Emocional
La lactancia materna fomenta un vínculo único entre la madre y el bebé. A través del contacto piel con piel, el lactante experimenta seguridad, confianza y tranquilidad. Este vínculo no solo fortalece la relación madre-hijo, sino que también contribuye significativamente a la salud mental de la madre. Estudios han demostrado que amamantar reduce el riesgo de depresión posparto al estimular la liberación de oxitocina, conocida como la «hormona del amor», que promueve sensaciones de bienestar y apego. Además, la interacción constante durante la lactancia facilita una mejor interpretación de las señales del bebé, generando una relación más armónica y satisfactoria para ambos.
La oxitocina también tiene un efecto calmante en la madre, reduciendo los niveles de estrés y fortaleciendo el sentido de conexión con su bebé. Estas experiencias no solo impactan el bienestar emocional inmediato, sino que pueden contribuir a un apego seguro en la infancia y a una mejor regulación emocional en etapas posteriores de la vida del niño. Además, el fortalecimiento de la autoestima en las madres puede traducirse en una experiencia maternal más positiva y satisfactoria.
Beneficios Físicos de la leche materna para el bebé
La leche materna es un alimento completo y dinámico que se adapta a las necesidades cambiantes del lactante. Proporciona agua, proteínas, grasas y azúcares en proporciones ideales, facilitando un crecimiento y desarrollo óptimos. Entre sus beneficios principales destacan:
Desarrollo cerebral: Contiene ácidos grasos esenciales, como el docosahexanoico (DHA), que son cruciales para el desarrollo del sistema nervioso central. El DHA es un tipo de grasa omega-3 que se encuentra en altas concentraciones en el cerebro y la retina (ojo del niño). Es vital para el crecimiento y funcionamiento adecuado del cerebro, especialmente durante las etapas de desarrollo prenatal y en la infancia. Además, estudios han demostrado que el DHA puede mejorar la función cognitiva, apoyar la memoria y el aprendizaje y reducir el riesgo de problemas neurológicos más adelante en la vida.
Prevención de enfermedades: Estudios recientes confirman que los lactantes amamantados tienen menor riesgo de desarrollar obesidad, diabetes tipo 2, asma y enfermedad celíaca. Además, se ha demostrado que la lactancia reduce la incidencia de infecciones respiratorias y gastrointestinales.
Respuesta inmunológica mejorada: La leche materna está compuesta por inmunoglobulinas, leucocitos y otros factores bioactivos que protegen al bebé contra virus y bacterias, reduciendo significativamente el riesgo de mortalidad infantil.
Microbiota intestinal: La leche materna actúa como un poderoso modulador del microbioma intestinal, favoreciendo el establecimiento de una microbiota saludable. Esto se debe a que la leche materna contiene prebióticos, como oligosacáridos, que nutren las bacterias beneficiosas y promueven su crecimiento. A través de esta interacción, se fortalece el sistema inmunológico del lactante, lo que puede reducir el riesgo de infecciones y enfermedades alérgicas, y además tiene implicaciones de largo alcance en la salud metabólica y la prevención de enfermedades crónicas del lactante.
Beneficios de la lactancia para la madre
Amamantar no solo beneficia al bebé, sino que también tiene impactos positivos en la salud materna. Algunos de estos beneficios incluyen:
Recuperación postparto: La lactancia materna facilita la contracción uterina y ayuda a que el útero regrese a su tamaño original más rápidamente, lo que puede reducir el riesgo de hemorragias postparto.
Control del peso: Amamantar se asocia con una mayor pérdida de peso postparto debido al gasto energético requerido para producir leche. Este proceso puede ayudar a las madres a alcanzar su peso pregestacional (antes del embarazo) de manera más efectiva.
Reducción del riesgo de desarrollo de enfermedades: Las madres que amamantan tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama y cáncer de ovario. Además, se ha encontrado que la lactancia está vinculada a una disminución en la incidencia de enfermedades cardiovasculares. La lactancia también contribuye a mejorar la salud ósea al reducir el riesgo de osteoporosis en etapas posteriores de la vida.
Mejora en la salud mental: La lactancia materna puede tener efectos positivos en la salud mental de las madres, reduciendo el riesgo de depresión postparto y promoviendo un vínculo más estrecho con el bebé. La liberación de hormonas como la oxitocina durante la lactancia puede contribuir a una sensación de bienestar.
Ahorro económico: Al optar por la lactancia materna, las madres pueden reducir los gastos asociados con la compra de fórmulas infantiles, lo que representa un ahorro significativo en el presupuesto familiar.
Estos beneficios se extienden más allá del periodo de lactancia, subrayando su impacto positivo a largo plazo en la salud y el bienestar de las madres. La lactancia materna no solo es una forma de nutrición para el bebé, sino también un componente esencial en el cuidado integral de la madre.
Beneficios para el medio ambiente
La lactancia materna tiene varios beneficios significativos para el medio ambiente, dentro de los que destacan:
1. Reducción de residuos: La leche materna no requiere envases, botellas ni tetinas, lo que reduce considerablemente la cantidad de plástico y otros materiales que terminan en los vertederos.
2. Ahorro de agua: La producción de fórmula para bebés consume una gran cantidad de agua. Al optar por la lactancia materna, se ahorra agua que de otro modo se usaría en la producción y limpieza de botellas y tetinas.
3. Menos emisiones de CO2: La producción y distribución de fórmula también contribuye a las emisiones de CO2. Al evitar el uso de fórmula, se reduce la huella de carbono asociada con su fabricación y transporte.
4. Menos uso de energía: La leche materna no requiere calefacción, refrigeración ni procesos industriales que consumen energía.
5. Menos contaminación: La producción de fórmula implica el uso de productos químicos y energía, lo que puede contribuir a la contaminación del aire y del agua.
Saber más
Un estudio clásico longitudinal realizado en Pelotas, Brasil, que duro por 30 años, siguiendo a una cohorte de niños desde el nacimiento. Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que la lactancia materna prolongada (por más de 12 meses) se asoció con un mayor coeficiente intelectual a los 30 años de edad. Además, los niños que fueron amamantados durante más tiempo también mostraron mejores resultados educativos y mayores ingresos en la edad adulta (Victora et al., 2015).
Este estudio proporciona evidencia sólida de que la lactancia materna no solo tiene beneficios inmediatos para la salud del bebé, sino también efectos positivos a largo plazo en el desarrollo cognitivo y el éxito socioeconómico.
——————————————————————————
Dª Trinidad Aparicio Pérez, Psicóloga clínica y escolar, Granada y Dr. D. Luis Miguel Puello Pavés, Médico Pediatra, Granada
Revisado por María Gabriela Sagastume Rodríguez, Estudiante de Nutrición Clínica, Universidad Mariano Gálvez de Guatemala y Dra. Jennifer Bernal-Rivas, Investigadora colaboradora de la Fundación Iberoamericana de Nutrición. Enero, 2025.
Referencias
Roghair R. Breastfeeding: Benefits to Infant and Mother. Nutrients. 2024;16(3251):1-5. doi:10.3390/nu16193251.
Victora CG, Bahl R, Barros AJ, et al. Breastfeeding in the 21st century: Epidemiology, mechanisms, and lifelong effect. Lancet. 2016;387:475-490. doi:10.1016/S0140-6736(15)01024-7.
Chowdhury R, Sinha B, Sankar MJ, et al. Breastfeeding and maternal health outcomes: A systematic review and meta-analysis. Acta Paediatr. 2015;104:96-113. doi:10.1111/apa.13102.
World Health Organization. Implementation Guidance: Protecting, Promoting and Supporting Breastfeeding in Facilities Providing Maternity and Newborn Services: The Revised Baby-Friendly Hospital Initiative. Geneva: WHO; 2018.
Tschiderer L, Seekircher L, Kunutsor SK, et al. Breastfeeding is associated with a reduced maternal cardiovascular risk: A systematic review and meta-analysis. J Am Heart Assoc. 2022;11:e022746. doi:10.1161/JAHA.121.022746.
González-Rodríguez RI, Jiménez-Escobar I, Gutiérrez-Castrellón P, González-Rodríguez RI, Jiménez-Escobar I, Gutiérrez-Castrellón P. Microbiota de la leche humana y su impacto en la salud humana. Gaceta médica de México 2020;156:58–66. https://doi.org/10.24875/gmm.m20000439.
Victora, C. G., Horta, B. L., De Mola, C. L., Quevedo, L., Pinheiro, R. T., Gigante, D. P., … & Barros, F. C. (2015). Association between breastfeeding and intelligence, educational attainment, and income at 30 years of age: a prospective birth cohort study from Brazil. The lancet global health, 3(4), e199-e205.