Entre los derivados lácteos de mayor consumo, especialmente en verano, se encuentran los batidos. Estas bebidas deliciosas, nutritivas y refrescantes son muy populares entre personas de todas las edades, particularmente entre los más jóvenes. Los batidos pueden ser consumidos a cualquier hora del día y representan una forma práctica y sabrosa de incluir una ración de lácteos en la dieta diaria.
Composición y variedad de ingredientes
Los batidos son preparados lácteos de sabor dulce, cuyos colores y aromas varían en función de los ingredientes empleados. Su textura espumosa se debe al aire incorporado durante el proceso de batido mecánico. La composición de los batidos comerciales suele incluir:
Leche: Constituye el componente principal (en forma de leche fresca, concentrada, condensada o en polvo) y puede ser entera, semidesnatada o desnatada.
Edulcorantes: Incluyen sacarosa, glucosa, jarabe de glucosa o fructosa.
Frutas: En forma de pulpas, zumos, concentrados, néctares o esencias naturales.
Estimulantes y aromatizantes: Como café, cacao, fresa o vainilla.
Aditivos: Entre ellos, colorantes, antioxidantes, emulgentes y estabilizadores, utilizados según las normativas alimentarias para garantizar la homogeneidad y estabilidad del producto.
Agua potable.
Además, algunas marcas enriquecen sus productos con vitaminas (A, D, E) y minerales como calcio o hierro, mejorando su valor nutricional.
Proceso de elaboración
La producción de batidos implica mezclar y homogeneizar todos los ingredientes mediante una batidora mecánica. Posteriormente, se someten a un proceso de esterilización por tratamiento UHT (Ultra High Temperature), en el que se aplican altas temperaturas durante 3 o 4 segundos. Este método permite conservar el producto a temperatura ambiente por largos períodos sin afectar significativamente su valor nutricional o sus propiedades sensoriales.
Valor nutricional
Los batidos son una opción saludable y práctica para incorporar lácteos en la dieta. Su valor nutricional depende de los ingredientes empleados, pero la leche, que constituye más del 90% de su composición, aporta una amplia gama de nutrientes esenciales:
Proteínas: De alta calidad biológica, provenientes principalmente de la leche.
Grasas: Predominan las grasas saturadas, aunque en cantidades variables según se use leche entera, semidesnatada o desnatada. También contienen fosfolípidos como lecitinas, que actúan como emulgentes.
Hidratos de carbono: Incluyen lactosa (de la leche) y azúcares adicionados.
Vitaminas y minerales: La leche aporta riboflavina (B2), vitaminas A y D, calcio, fósforo y magnesio, fundamentales para el metabolismo óseo y otras funciones corporales.
El aporte calórico de los batidos oscila entre 60 y 70 kcal por cada 100 ml. Esto los convierte en una opción adecuada para personas con necesidades energéticas elevadas, como embarazadas, lactantes, niños en crecimiento, deportistas o adultos mayores. Por otro lado, los batidos elaborados con leche desnatada son una alternativa menos calórica, ideal para quienes buscan controlar su peso.
Actualizaciones en los últimos años
La industria alimentaria ha experimentado importantes avances en la producción de batidos, incluyendo:
Nuevas fuentes de proteína: Se ha incrementado el uso de fuentes vegetales (como almendras, avena y soja) en respuesta a la creciente demanda de productos veganos y opciones sin lactosa.
Reducción de azúcares: Muchas marcas han reformulado sus productos para reducir el contenido de azúcares añadidos, utilizando edulcorantes naturales como estevia o eritritol.
Enriquecimiento funcional: Los batidos ahora incluyen ingredientes funcionales, como probióticos, fibra dietética o ácidos grasos omega-3, promoviendo beneficios adicionales para la salud digestiva y cardiovascular.
Envases sostenibles: Se ha apostado por envases biodegradables o reciclables para reducir el impacto ambiental.
Beneficios y recomendaciones de consumo
El consumo regular de batidos puede contribuir a una dieta equilibrada, pero es importante considerar algunos aspectos:
Moderación en el consumo de azúcares: Elegir opciones con bajo contenido en azúcares añadidos.
Variedad en la dieta: Complementar los batidos con otros alimentos ricos en nutrientes.
Refrigeración adecuada: Consumir los batidos fríos (entre 5º y 10ºC) para disfrutar al máximo de su sabor y frescura.
Saber más
La tecnología UHT, empleada en la producción de batidos, no solo conserva los nutrientes esenciales, sino que también ayuda a prevenir el crecimiento de microorganismos patógenos, garantizando la seguridad alimentaria. Además, estudios recientes han demostrado que los batidos enriquecidos con probióticos pueden mejorar la salud intestinal y fortalecer el sistema inmunológico.
Dra. Ana Haro García, Farmacéutica y Tecnóloga de los Alimentos
Revisado por María Gabriela Sagastume Rodríguez, Estudiante de Nutrición Clínica, Universidad Mariano Gálvez de Guatemala. Fundación Iberoamericana de Nutrición. Diciembre, 2024.
Referencias
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